jueves, 14 de agosto de 2014

Centenario del Canal de Panamá





Debido a la ubicación geográfica de nuestro Panamá, contamos con la unión de dos grandes océanos, el Atlántico y el Pacífico. Estos dos océanos están unidos por  la Octava Maravilla del Mundo: El Canal de Panamá.

El Canal de Panamá es una vía de navegación interoceánica que permite que grandes barcos crucen de océano a océano en una trayectoria mínima, ahorrando tiempo, distancia  y dinero.
Este canal es considerado una de las más grandes innovaciones de la ingeniería del siglo pasado, debido a la calidad de las maquinarias de trabajos y todos los sistemas que llevan a su buen funcionamiento. Asimismo, ha sido el proyecto más costoso asumido por el país, donde hubo gastos  por parte de panameños, estadounidenses y franceses.
La idea de construir un canal en Panamá surgió cuando, en 1516, Vasco Núñez de Balboa cruzó el istmo y se percató de la corta distancia que había para llegar de un océano a otro. Se consideró la idea  de crear una vía acuática para el cruce de este camino. 
En el siglo XIX, los franceses intentaron la construcción de canal, ya que habían tenido éxito con el Canal de Suez, pero las condiciones naturales de Centroamérica impidieron su logro.
Estados Unidos inició nuevamente la operación para la construcción del canal, ya que necesitaba una vía rápida para trasladar navíos de guerra y para otras labores.
Panamá, para ese entonces, pertenecía a Colombia, por lo que Estados Unidos apoyó al país en su movimiento separatista logrado  a finales de 1903. Por compensación, Panamá cedió a Estados Unidos la soberanía sobre la ruta del pendiente canal, mediante el tratado Hay-Bunau-Varilla.
En 1904 se iniciaron las labores de construcción del canal, pero hubo muchas dificultades, mencionando por ejemplo las  enfermedades que afectaron a la región, tales como  la fiebre amarilla, la malaria y la fiebre tifoidea, debido a las malas condiciones de sanidad. Otro problema fue  la condición del entorno natural.
La construcción cobró muchas vidas humanas. Se estima que cerca de 25,000 personas murieron por enfermedades o en accidentes laborales, incluidas en la cifra tanto las muertes en la época de construcción por parte de los franceses  como por parte de los estadounidenses.

 Pero con todos esos problemas, la construcción de  canal culminó en 1914, el cual fue  inaugurado el 15  de agosto de ese mismo año, siendo el vapor Ancón el primer barco en transitar por las aguas del Canal de Panamá.

Es merecedor destacar que no sólo fueron norteamericanos los que contribuyeron a la construcción. Muchas personas emigraron al país en busca de trabajo y nuevas oportunidades cuando se enteraron de la construcción del canal. Por eso se dice que el canal dejó una gran huella sociocultural en la humanidad. Europeos, afroantillanos, latinoamericanos y norteamericanos se unieron para culminar la gran obra. Todos ellos formaron una nueva sociedad, transformando a Panamá. Esto ayudó a aumentar la riqueza social del país, convirtiéndolo en un lugar con población heterogénea, por lo que la importancia del canal también incumbe en el ámbito social.


En 1977 se firmaron los tratados Torrijos-Carter, los cuales designaban la soberanía del Canal a manos panameñas para el año 2000.
Durante esos años, el canal fue operado por la Comisión del Canal de Panamá, agencia que pertenecía al gobierno de Estados Unidos. Finalmente, el 31 de diciembre de 1999, el canal pasó a manos de los panameños, manejado desde entonces por la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).



El Canal de Panamá ha estado funcionando y llevando un rol importante en el ámbito económico y comercial, no sólo de Panamá, sino a nivel mundial. Es el enclave del comercio marítimo y primer pilar de la economía del mundo.

Además del tráfico que recibe el canal, es importante destacar la mercancía que transportan los barcos que por allí transitan, como son los granos, el petróleo y sus derivados.
La mayoría de los ingresos económicos del sector terciario del país provienen del Canal.  El canal proporciona indirectamente estabilidad económica al país mediante la generación de empleos, pago de salarios, y compras de bienes y servicios a empresas locales. El canal también suministra agua potable a las ciudades de Panamá y Colón, contribuye al desarrollo del sector marítimo nacional, y promueve la actividad turística.  
Se señala también que  la actividad canalera permite al Estado obtener beneficios a través del pago de dividendos o utilidad neta. Estas ganancias provienen de los ingresos del Canal cuando exceden a los costos de funcionamiento, inversión y modernización, y se transfieren a la República de Panamá.

Otros aportes del canal al país lo constituyen los pagos por servicios públicos en las áreas de funcionamiento y de vivienda del Canal. Estos servicios incluyen seguridad, bomberos, mantenimiento de calles, alumbrado y limpieza de calles, control de tránsito y recolección de basura.
El Canal de Panamá ha aumentado su aporte económico al país. Se espera que se mantenga activo y competitivo para que siga contribuyendo a la riqueza nacional.

Actualmente, se construye un tercer juego de esclusas, que permitan pasar barcos más grandes llamados Post-Panamax, ya que estas nuevas esclusas medirán más que las ya existentes. Esto ayuda también a  doblar la capacidad del canal y permitir mayor índice del  tráfico.
El exmandatario del país Martin Torrijos presentó el plan de ampliación del canal  en el 2006. Se realizaron unas votaciones para determinar si la mayoría de los votantes estaban  a favor o en contra  del proyecto, estando a favor un 76% de los participantes.
Se esperaba tener listo el proyecto para el 2014, cuando el canal celebrara su centenario, pero por motivos de huelgas por parte de los trabajadores,  se estima que las nuevas esclusas estarán listas a inicio del 2015.

En agosto de este año Panamá celebra el centenario de su más preciada  obra, El Canal de Panamá,  y es un orgullo tener esta joya económica y social bajo nuestra soberanía. 
Dar a conocer la historia y el funcionamiento del canal, tanto  a panameños como extranjeros, es un privilegio para todos aquellos amantes de las  maravillas que comprende el mundo.

Sería bueno también que con los ingresos del canal se hicieran proyectos de mejoras en la educación a nivel nacional.   Cuando los trabajos de ampliación estén terminados, los ingresos del canal aumentarán, y si se propone un mejoramiento académico será posible hacerlo.  Es buena la idea invertir el dinero en un plan de mejora educativa, ya que las nuevas generaciones son las que formarán al país en un futuro, y es necesaria la buena preparación y enseñanza de los educandos para seguir manteniendo y mejorando la condición del país, y que sean capaces de elaborar nuevos proyectos que sirvan al país y al mundo, como lo es el Canal de Panamá.


 VIVA EL CANAL, VIVA PANAMÁ!





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