Debido a la ubicación geográfica de nuestro
Panamá, contamos con la unión de dos grandes océanos, el Atlántico y el
Pacífico. Estos dos océanos están unidos por la Octava Maravilla del Mundo: El Canal de
Panamá.
El Canal de Panamá es una
vía de navegación interoceánica que permite que grandes barcos crucen de océano
a océano en una trayectoria mínima, ahorrando tiempo, distancia y dinero.
Este canal es considerado
una de las más grandes innovaciones de la ingeniería del siglo pasado, debido a
la calidad de las maquinarias de trabajos y todos los sistemas que llevan a su
buen funcionamiento. Asimismo, ha sido el proyecto más costoso asumido por el
país, donde hubo gastos por parte de
panameños, estadounidenses y franceses.
La idea de construir un
canal en Panamá surgió cuando, en 1516, Vasco Núñez de Balboa cruzó el istmo y
se percató de la corta distancia que había para llegar de un océano a otro. Se consideró
la idea de crear una vía acuática para
el cruce de este camino.
En el siglo XIX, los
franceses intentaron la construcción de canal, ya que habían tenido éxito con
el Canal de Suez, pero las condiciones naturales de Centroamérica impidieron su
logro.
Estados Unidos inició
nuevamente la operación para la construcción del canal, ya que necesitaba una
vía rápida para trasladar navíos de guerra y para otras labores.
Panamá, para ese entonces,
pertenecía a Colombia, por lo que Estados Unidos apoyó al país en su movimiento
separatista logrado a finales de 1903.
Por compensación, Panamá cedió a Estados Unidos la soberanía sobre la ruta del pendiente
canal, mediante el tratado Hay-Bunau-Varilla.
En
1904 se iniciaron las labores de construcción del canal, pero hubo muchas
dificultades, mencionando por ejemplo las
enfermedades que afectaron a la región, tales como la fiebre amarilla, la malaria y la fiebre tifoidea,
debido a las malas condiciones de sanidad. Otro problema fue la condición del entorno natural.
La
construcción cobró muchas vidas humanas. Se estima que cerca de 25,000 personas
murieron por enfermedades o en accidentes laborales, incluidas en la cifra
tanto las muertes en la época de construcción por parte de los franceses como por parte de los estadounidenses.
Pero con todos esos problemas, la construcción
de canal culminó en 1914, el cual
fue inaugurado el 15 de agosto de ese mismo año, siendo el vapor
Ancón el primer barco en transitar por las aguas del Canal de Panamá.
Es
merecedor destacar que no sólo fueron norteamericanos los que contribuyeron a
la construcción. Muchas personas emigraron al país en busca de trabajo y nuevas
oportunidades cuando se enteraron de la construcción del canal. Por eso se dice
que el canal dejó una gran huella sociocultural en la humanidad. Europeos, afroantillanos,
latinoamericanos y norteamericanos se unieron para culminar la gran obra. Todos
ellos formaron una nueva sociedad, transformando a Panamá. Esto ayudó a
aumentar la riqueza social del país, convirtiéndolo en un lugar con población
heterogénea, por lo que la importancia del canal también incumbe en el ámbito
social.
En 1977 se firmaron los
tratados Torrijos-Carter, los cuales designaban la soberanía del Canal a manos
panameñas para el año 2000.
Durante esos años, el canal
fue operado por la Comisión del Canal de Panamá, agencia que pertenecía al
gobierno de Estados Unidos. Finalmente, el 31 de diciembre de 1999, el canal
pasó a manos de los panameños, manejado desde entonces por la Autoridad del
Canal de Panamá (ACP).
El
Canal de Panamá ha estado funcionando y llevando un rol importante en el ámbito
económico y comercial, no sólo de Panamá, sino a nivel mundial. Es el enclave
del comercio marítimo y primer pilar de la economía del mundo.
Además
del tráfico que recibe el canal, es importante destacar la mercancía que
transportan los barcos que por allí transitan, como son los granos, el petróleo
y sus derivados.
La
mayoría de los ingresos económicos del sector terciario del país provienen del
Canal. El canal proporciona
indirectamente estabilidad económica al país mediante la generación de empleos,
pago de salarios, y compras de bienes y servicios a empresas locales. El canal
también suministra agua potable a las ciudades de Panamá y Colón, contribuye al
desarrollo del sector marítimo nacional, y promueve la actividad turística.
Se
señala también que la actividad canalera
permite al Estado obtener beneficios a través del pago de dividendos o utilidad
neta. Estas ganancias provienen de los ingresos del Canal cuando exceden a los
costos de funcionamiento, inversión y modernización, y se transfieren a la
República de Panamá.
Otros aportes del canal al
país lo constituyen los pagos por servicios públicos en las áreas de
funcionamiento y de vivienda del Canal. Estos servicios incluyen seguridad,
bomberos, mantenimiento de calles, alumbrado y limpieza de calles, control de
tránsito y recolección de basura.
El Canal de Panamá ha
aumentado su aporte económico al país. Se espera que se mantenga activo y
competitivo para que siga contribuyendo a la riqueza nacional.
Actualmente, se construye un
tercer juego de esclusas, que permitan pasar barcos más grandes llamados Post-Panamax,
ya que estas nuevas esclusas medirán más que las ya existentes. Esto ayuda
también a doblar la capacidad del canal
y permitir mayor índice del tráfico.
El
exmandatario del país Martin Torrijos presentó el plan de ampliación del canal en el 2006. Se realizaron unas votaciones
para determinar si la mayoría de los votantes estaban a favor o en contra del proyecto, estando a favor un 76% de los
participantes.
Se
esperaba tener listo el proyecto para el 2014, cuando el canal celebrara su
centenario, pero por motivos de huelgas por parte de los trabajadores, se estima que las nuevas esclusas estarán
listas a inicio del 2015.
En
agosto de este año Panamá celebra el centenario de su más preciada obra, El Canal de Panamá, y es un orgullo tener esta joya económica y
social bajo nuestra soberanía.
Dar
a conocer la historia y el funcionamiento del canal, tanto a panameños como extranjeros, es un privilegio
para todos aquellos amantes de las
maravillas que comprende el mundo.
Sería bueno también que con
los ingresos del canal se hicieran proyectos de mejoras en la educación a nivel
nacional. Cuando los trabajos de
ampliación estén terminados, los ingresos del canal aumentarán, y si se propone
un mejoramiento académico será posible hacerlo.
Es buena la idea invertir el dinero en un plan de mejora educativa, ya
que las nuevas generaciones son las que formarán al país en un futuro, y es
necesaria la buena preparación y enseñanza de los educandos para seguir
manteniendo y mejorando la condición del país, y que sean capaces de elaborar
nuevos proyectos que sirvan al país y al mundo, como lo es el Canal de Panamá.
VIVA EL CANAL, VIVA PANAMÁ!